Semana 2

Estoy de pie en mi cocina, aguzando el oído mientras sostengo un afilado cuchillo con la mano izquierda. Es inverosímil que me encuentre en esta situación, cuando hace escasamente veinte minutos Elisa y yo veíamos una película de comedia en la sala.

Elisa y yo nos conocimos en la escuela a los diez años, nos hicimos amigas desde el primer día y a la fecha llevamos poco más de quince años de esta gran amistad. Hemos compartido muchos momentos, unos felices y otros difíciles. Ella fue mi mayor consuelo cuando mi hermano falleció, yo fui su apoyo cuando ella tuvo problemas de salud, siempre hemos estado la una para la otra.

Hace aproximadamente una hora y media Elisa vino a mi casa, al entrar decidimos asegurar la puerta principal debido a un terrible acontecimiento transcurrido un par de días antes. El cuerpo de una chica de veinte años fue encontrado cerca de un parque, la pobre fue violada y luego estrangulada, la policía aún no da con el asesino. Esto ha causado pánico en todo el pueblo.

Comenzamos a ver la película mientras comíamos pizza, nos partíamos de la risa hasta que escuchamos un sonido que provenía del exterior. Ambas dimos un salto en nuestros asientos, sin embargo nos tranquilizamos al suponer que debía ser el gato de la vecina, ya que se la pasa deambulando por las noches.

Continuamos viendo la película, veinticinco minutos después alguien golpeó la puerta. Ambas solemos ser tranquilas, pero ante los hechos ocurridos recientemente y lo tenso que ha estado el ambiente no pudimos evitar que nuestras mentes imaginaran lo peor. Me acerqué despacio a la ventana junto a la puerta, para mi sorpresa no había un alma en la calle.

Nuevamente atribuimos el sonido al gato pese a que en nuestro interior no estuviéramos convencidas. Para mí tranquilidad le indiqué a Elisa que cerraría las cortinas, tenía el horrible presentimiento de que estábamos siendo observadas.

Intranquilas seguimos viendo la película. Después de beber tres vasos de gaseosa me levanté para usar el sanitario. Aún estaba agitada y mientras regresaba a la sala juraría que vi una sombra en el comedor.

Lo que ocurrió después fue demasiado rápido… Después del ajetreo había sangre en el sofá, tenía un corte en mi antebrazo derecho y estaba segura que Elisa tenía un corte más profundo en su pierna izquierda. Ella se dirigió lo más pronto que pudo hacia el comedor; por mi parte, el cuchillo para la pizza que había utilizado como arma se me resbaló y quedó debajo del sofá, por ello corrí hacia la cocina, tomando antes la llave de la puerta principal.

Busqué rápidamente pero con mi nerviosismo dejé caer la llave en el desagüe del lavatrastos. Tomé con fuerza el cuchillo más afilado que encontré y me quedé estática unos segundos, definitivamente esta noche no ha sido como la planeé.

Sigo en la cocina escuchando con atención. Camino hacia el comedor, veo en todas direcciones y compruebo que Elisa no está aquí. Mi corazón late fuertemente.

Escucho un crujido y me dirijo al cuarto de lavado, en la esquina se encuentra Elisa con un cuchillo en mano y una expresión de asombro. Creo que puedo dialogar con ella.

—Elisa, tranquilízate por favor —pronuncio en un tono suave.
—¡Suelta el cuchillo Naomi! —vocifera ella al tiempo que da un paso al frente.

No esperaba ese movimiento de su parte e instintivamente levanto el cuchillo frente a mí para defenderme, realmente temo por mi vida. Elisa corre en mi dirección, esta vez dudo de mis acciones y en vez de atacarla evito que el cuchillo que tengo en la mano tenga contacto con su piel. Ambas caemos al suelo, nos damos golpes mas no utilizamos los cuchillos.

Ella se levanta velozmente y va al comedor nuevamente, su pierna herida le falla y cae estrepitosamente. Voy deprisa hasta donde ella se encuentra y tomo el cuchillo que ha soltado en su caída. La miro fijamente, ahora se ve tan indefensa y yo recupero mi seguridad.

—Debo admitir que me has causado miedo, creí que me matarías antes que yo a ti —digo con una sonrisa.
—¿Por qué haces esto? —pregunta ella con voz temblorosa.
—¿Creías que no me enteraría de lo que hiciste? —consulto mientras veo ambos cuchillos en mi mano.
—Puedo explicarlo.
—Ya es demasiado tarde —replico mientras me acerco hacia ella.
—No te saldrás con la tuya, irás a prisión.

Río estridentemente, ella me conoce muy bien como para creer que no he planeado esto hasta el último detalle.

—Gracias por preocuparte por lo que me sucederá amiga, aunque tengo todo bajo control.
—¿De qué hablas Naomi?
—Tuviste una recaída, hace meses que no vas con tu psiquiatra, además nunca te gustó tomar los medicamentos que te recetó.
—No es verdad, ¡nadie te creerá! —grita Elisa mientras las lágrimas corren por su rostro.
—Además traías este cuchillo en tu bolso, tenías planeado atacarme —prosigo explicando mientras muestro el cuchillo que ella dejó caer minutos antes.
—Tú ya tenías ese cuchillo aquí, tú lo dejaste a mi lado en la sala. ¡Además tú me atacaste primero!
—No, tú me atacaste antes. Viniste a mi casa, imaginando cosas y con un cuchillo, yo solamente actué en defensa propia.

Elisa abre la boca para responder, antes que pueda hacerlo me abalanzo hacia ella con el cuchillo apuntando a su estómago. La ira se apodera de mí, saco el cuchillo mientras ella lanza un grito desgarrador e inmediatamente lo vuelvo a introducir, la sangre brota escandalosamente. Nuestras miradas se cruzan una última vez y le dedico una sonrisa, ella cierra lentamente los ojos.

No fue como lo había planeado pero el resultado es satisfactorio. Permanezco un par de minutos más al lado de su cuerpo repasando mi historia en voz alta. Me levanto tranquilamente y camino hacia la cocina, tomo el teléfono y marco a la policía lista para contarles cómo he sobrevivido el ataque de aquella que consideraba mi mejor amiga.


El reto de esta semana fue:

Empieza la historia con "estoy de pie en mi cocina", debe ser una historia de suspenso.

Comentarios

  1. Wow, el vuelco que dio la historia fue estrepitoso, jamas pensé que las heridas mencionadas era a causa de un enfrentamiento entre ellas, Todo el tiempo pensé en el asesino con su intención de atacarlas.

    Buena historia.

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    1. Me alegra tanto saber que logré dar a entender eso cómo tenía planeado, engañar al lector es divertido.. Y aún más, gracias por leerme, aprecio mucho eso.

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