Sin prisa
Que sea despacio, por favor. Antes de decirlo conóceme, pregúntame, escúchame. Averigua qué clase de persona soy, cómo trato a quienes me rodean y cómo veo el mundo. No permitas que sea por impulso, por presión y menos por compromiso; no te precipites, pues no hay prisa. Llega a mi interior y conoce mis porqués, mis secretos, lo malo y lo bueno. Hay tanto por descubrir, probablemente mucho no te guste, quizá mucho te encante, pero debes verlo; no te limites a lo que tus ojos ven, mi belleza está en el interior. Tómate tu tiempo, ve poco a poco hasta estar seguro y despejar todas las dudas. Si después de eso, nace en tu corazón, entonces dime que me quieres.
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